Vivat Academia. Revista de Comunicación (2024).
ISSN: 1575-2844
INVESTIGACIÓN
Recibido: 12/12/2023 Aceptado: 12/02/2024 Publicado: 13/03/2024 |
María Mercedes Zerega Garaycoa[1]: Universidad Casa Grande. Ecuador.
Carlos Tutivén-Román[2]: Universidad Casa Grande. Ecuador.
Rodrigo Cisternas-Osorio[3]: Universidad Casa Grande. Ecuador.
rcisternas@casagrande.edu.ec
Cecilia Labate[4]: Universidad del Salvador. Argentina
cecilia.labate@usal.edu.ar
Lilia Macarena Becker Cantariño[5]: Universidad del Salvador. Argentina
lilibeckercantarino@gmail.com
Cómo citar el artículo:
Zerega Garaycoa, María Mercedes; Tutivén-Román, Carlos; Cisternas-Osorio, Rodrigo; Labate, Cecilia y Becker Cantariño, Lilia Macarena. (2024). Influencers hispanohablantes del bienestar en la era de los cuidados: corrientes y temas durante el año 2023 [Spanish-speaking wellness influencers in the era of care: trends and themes in 2023]. Vivat Academia, 157, 1-25. http://doi.org/10.15178/va.2024.157.e1533
Palabras clave: Influencer, salud mental, análisis de contenido, bienestar, redes sociales.
Keywords: Influencer, mental health, content analysis, wellness, social networks.
“Cuando alguien te influye, te está enseñando”
Harold Bloom
El éxito de audiencias que tienen los influencers del bienestar emocional y/o espiritual se debe, en buena medida, al cambio de época producido en las condiciones de producción de la subjetividad en el marco del capitalismo postindustrial (Illouz, 2007). El homo sentimentalis emerge a partir del auge de los individualismos posmodernos (Lipovetsky, 2000) caracterizados —entre otros atributos— por una asunción íntima y afectada de los destinos personales en detrimento de las esperanzas colectivas puestas en los proyectos macros, venidos a menos por las sucesivas crisis económicas y políticas del globalismo. Desde finales del siglo XX, las tareas del cuidado de la vida corporal, pero, sobre todo, emocional, psicológica y espiritual, están quedando a cargo de los sujetos que no les queda más que tomar las riendas de sus vidas a partir de la consciencia de la crisis de las promesas del Estado de Bienestar o, en su defecto, del desencanto con los proyectos políticos, más aún en América Latina.
Esta posta que va del Estado al individuo es histórica y se caracteriza por el uso de libros de autoayuda o de tecnologías de la comunicación digital interactiva que ofrecen un caudal de información a la carta sobre temas de salud y bienestar en un mundo en el que lo que crece es el malestar. El 10 de octubre de 2023 se estableció el Día Mundial de la Salud Mental en respuesta al incremento de índices de depresión, adicción y suicidio, así como a su reconocimiento como clave para el desarrollo (OMS, 2022, 2023). Entre las consecuencias de la pandemia de COVID-19, a las que se suman las crisis de violencia, económicas, políticas y ambientales, se declara que tanto la depresión como la ansiedad han aumentado entre un 25% y 27%, mientras se establece un déficit de tratamientos de casi un 90%; mientras que en América Latina y el Caribe es aproximadamente de casi el 80% (OPS, 2023). Además, se dedica menos del 2% del presupuesto de salud anual de los Estados para esta problemática (Kestel, 2022). Con un panorama global de problemas de acceso a servicios en este ámbito, pues se recurre a todas partes, incluyendo a nuestra pantalla de celular, en donde encontramos formas de lidiar con nuestros malestares mentales y emocionales, entre ellas, el consumo de contenidos producidos por los que hemos denominado como influencers del bienestar.
Si hay un personaje que ha ganado resonancia y presencialidad viral en las redes sociales, ese es el influencer. Este poder de persuasión se ejerce en tiempos de posverdad y de incredulidades generalizadas. Se han convertido en embajadores de unos saberes que ya no provienen exclusivamente del sistema experto, ni de la academia formal, sino que han sido forjados, en muchos casos, en la experiencia, y en otros, en el autodidactismo.
El auge de los influencers del bienestar puede considerarse como un símbolo del malestar de la época caracterizada por ser una “fábrica de infelicidad” (Berardi, 2003). El capitalismo actual nos presenta formas de vivir —estilos de vida— y luego nos reclama modos de vivir sostenidos en el consumismo, la inestabilidad laboral, la (auto) explotación, el cansancio y el endeudamiento (Alemán, 2016; Berardi, 2003, 2017; Han, 2012; Lazzarato, 2013; Pelbart, 2009) con sus respectivos efectos emocionales y subjetivos. Estos autores plantean que el capitalismo contemporáneo produce depresivos y fracasados (Berardi, 2003), pero ante todo “emprendedores de sí mismos” (Foucault, 2007). El sujeto contemporáneo debe ser resiliente, capaz de reinventarse en las crisis, saber gestionar sus emociones en la sociedad del riesgo y la incertidumbre (Beck, 1998). El influencer es una respuesta a esas necesidades de autogestión.
Diversos estudios de meta-análisis identifican a las redes sociales como medios utilizados con fines informativos, conversacionales, de prevención e involucramiento relacionados a temas de salud, entre ellos, los de salud pública, los psiquiátricos y de bienestar (Sinnenberg et al., 2016; FECYT, 2022; Díaz-Campo et al., 2023) y que aportaron en el manejo de la crisis de salud mental durante la pandemia, así como para generar un sentimiento de apoyo y su monitoreo, aunque también y advierten sus peligros por la ausencia de filtros de información (Cambronero-Saiz et al., 2023).
Algunos estudios describen procesos de identificación e impacto de los influencers en las redes (Harrigan et al., 2020), pero también otros destacan los riesgos de influir en percepciones corporales (Marks et al., 2020) o de promover fake news, teorías conspirativas o extremismos (Baker, 2022; FECYT, 2022). El influencer personifica los contenidos, los baja a un territorio íntimo, comparte confidencias, conoce a sus audiencias, sabe lo que necesitan, intuye lo que buscan saber. El influencer es creíble, porque se muestra como alguien que vive lo que enseña, encarna lo que sugiere, experimenta antes que uno lo que vende o comunica. Es un consejero, un casi amigo, un coach del comportamiento añorado, una brújula en el turbulento ambiente de las opiniones en estos mares de infelicidad. Sin embargo, algunos de los estudios mencionados de meta-análisis sugieren que existen pocas investigaciones en América Latina sobre los efectos de las redes en la salud mental (Carbonero-Saiz et al., 2023). El influencer llegó para quedarse, por lo que comprenderlo como fenómeno no es solo central para el mundo contemporáneo, sino que, en un contexto de déficit de servicios de salud mental en una época de crisis emocional, se han convertido en una fuerza para afrontar esta nueva pandemia.
El tema del cuidado y su ética implícita ha tomado relevancia en los últimos años y se ha extendido a todos los ámbitos y dimensiones de la vida. Se trata de un cuidado vinculado con un saber vivir, un saber enfrentar razonablemente las vicisitudes de la vida material y afectiva, de adiestrarse en unas habilidades o técnicas que sostengan al sujeto en un camino de mejoramiento continuo e incluso de transformación personal respecto a las neurosis de todos los días: “Después de insistir en el bienestar material, el dinero y la seguridad física, nuestra época daría prioridad a la calidad de vida, a la expresión personal, a la espiritualidad, a las preocupaciones relativas al sentido de la vida (…)” (Lipovetsky, 2020. p. 20).
El bienestar se refiere a un estado general de salud y satisfacción que abarca diversas dimensiones interconectadas. Siguiendo la definición proporcionada por el National Wellness Institute (2023), el bienestar es un estado multidimensional que implica dimensiones físicas, intelectuales, ocupacionales, espirituales, sociales y emocionales. Tomando en consideración esta perspectiva del bienestar, esta investigación esta investigación se centra en el bienestar psicológico, emocional y espiritual, los dos primeros relacionados con el reconocimiento y gestión de las emociones y el último con la trascendencia (NWI, 2023):
es una categoría (...) que ha adquirido una renovada presencia contemporánea, que existe como puesta en acto, es decir, que existe en la medida en que es actuada, con gran capacidad de circulación y performatividad en los más diversos ámbitos. (Viotti, 2018, p. 247)
Son estas “nuevas” relaciones con el mundo actual, un mundo cargado de problemas y vicisitudes que van de lo económico a lo moral, las que nos interesan, pues señalan una subjetividad emergente articulada en redes de intercambio hipermediático en distintas plataformas.
Más que plantear el concepto de redes sociales, este estudio asume la noción de plataforma, considerando la naturaleza política de la tecnología y no entendiéndola como un simple medio o intermediario. En el caso de Instagram, es parte de una corporación con intereses de lucro como Meta. Las redes sociales corporativas, se sostienen en algoritmos de atención y modelos de negocio que generan regímenes de visibilidad (Bucher, 2018; Gillespie, 2017) que influyen tanto nuestras formas de consumirlas, como en las que los influencers generan contenido. El concepto de plataforma es quizás más acertado en la medida en que nos remite a conexiones, ensamblajes humano-máquina-flujos de capital. Entendemos las plataformas como “páginas y servicios que hospedan contenidos públicos, los almacenan en nubes y organizan el acceso a éstos a través de búsquedas o recomendaciones” (Gillespie, 2017, p. 254). Su producto principal es la captura de la atención y datos para la transformación de los usuarios en mercados-futuro. Por eso los autores plantean la noción de capitalismo de datos o plataformas (Srnicek, 2018), en el que influencers y usuarios “trabajamos” para estas, en los que la data permite predecir la atención futura para promover contenidos y productos (Fuchs, 2019). El influencer es parte de estos obreros de datos y contenidos.
El influencer se entiende como “(…) alguien que puede construir una comunidad alrededor suyo, a través de la creación o curación de contenidos. Cuenta con un saber determinado sobre un tema y, desde un lugar, comienza a relacionarse con pares con los que construye comunidades de afinidad y pertenencia” (Laufer, 2017, p. 62) con la finalidad de generar cambios de opiniones o comportamientos. El influencer sin embargo es también actualmente considerado como parte de estrategias de comunicación, que promociona productos y servicios. Si bien hay estudios que plantean definiciones de influencers relacionadas al número de seguidores, otros destacan el papel de las microcelebridades (Khamis et al., 2017), por sus capacidades de vínculo. A su vez los influencers son influenciados por los regímenes de visibilidad de las plataformas: los contenidos deben de tener una duración, utilizar ciertos lenguajes, trends, retos, palabras, formatos, hashtags, publicarse en determinados días, horarios y frecuencia para además mantener un engagement con los usuarios. ¿Desde qué corrientes terapéuticas abordan los influencers el bienestar y cómo nos invitan a “cuidar de nosotros mismos”? ¿Qué engagement generan? ¿Qué temáticas plantean sus contenidos?
Identificar las corrientes terapéuticas relacionadas al bienestar emocional o espiritual de influencers hispanoamericanos en Instagram al 2023, así como describir las características de sus perfiles, niveles de participación y engagement y explorar las temáticas de bienestar en sus contenidos publicados.
Los objetivos específicos son:
El análisis de contenido es una herramienta de considerable tradición en la disciplina comunicación. Sus aplicaciones iniciales a medios masivos se han adaptado a los digitales. Este estudio es un análisis de contenido al que se lo entiende como “el conjunto de técnicas de análisis de los mensajes comunicativos (...) y la expresión de ese contenido con ayuda de indicios cuantificables o no” (Andréu, 2000, p. 3). Éste es un análisis de carácter exploratorio-descriptivo (Piñuel, 2022).
La metodología abordada se centró en dos enfoques: un enfoque cualitativo de carácter inductivo (Andréu, 2000) que permitió, a partir de la identificación y análisis de los perfiles de influencers, la construcción de un mapa de corrientes emergentes; y uno cuantitativo de naturaleza deductiva (Andréu, 2000) para describir y medir sus niveles de engagement y presencia de temáticas. El análisis de contenido puede trabajar variables y categorías en los contenidos manifiestas o latentes (Igartua, 2006). En este caso, la etapa 1 se centró en identificar las categorías de corrientes de bienestar latentes en sus perfiles y en las etapas 2 y 3 se centró en medir variables manifiestas en su producción de contenido, niveles de interacción y temáticas. Los corpus de textos analizados fueron principalmente dos. En la etapa 1 se analizaron 1) las informaciones de las “bios” de las cuentas que a veces se complementaron con información de la trayectoria u hojas de vida de los influencers en otros hipertextos para clasificar mejor su corriente secundaria; en la etapa 2) las métricas de éstos producidas por Social Blade y Hypeauditor y en la etapa 3) los contenidos correspondientes a las 10 últimas publicaciones visibles en el feed anteriores al 18 de octubre de 2023. Se seleccionó una fecha que no correspondiera a una festividad concreta que pudiese homogeneizar el contenido de los mensajes. El estudio se centró en Instagram porque es una de las cinco redes sociales con mayor número de usuarios, contando actualmente con 2000 millones (Statista, 2023), además de considerarse por varios estudios como la red social con mayor crecimiento y con rango de edad de usuarios más amplio en comparación con otras, así como la segunda con mayor tráfico (We are social, 2023).
El muestreo fue de conveniencia o intencional en la etapa cualitativa (Andréu, 2000, Igartua, 2006), dado que no existe un censo de esta categoría de influencers y los listados estuvieron mediados por criterios amplios de lo que se entiende como “bienestar” que incluyó dimensiones psicológicas, emocionales y espirituales. El estudio asume como limitación las burbujas algorítmicas propias de la red y de geolocalización que impactan en las búsquedas. En un segundo momento, luego de la selección de los influencers, se realizó un muestreo no probabilístico-por cuotas (Igartua, 2006), de publicaciones de influencers de distintas corrientes y subcorrientes de bienestar por motivos de representación (Serbia, 2007).
La elaboración de las fichas y libro de códigos consideró procesos de pilotaje que por un lado permitieron entrenar a los investigadores y, por el otro, calibrar tanto las categorías como subcategorías de las fichas como del libro de códigos. Se privilegiaron los criterios de exhaustividad y exclusión (Bardin, 2002; Ynoub, 2014) para la evaluación de categorías y lograr grados de acuerdo.
Etapa 1: Identificación de corrientes de bienestar
El proceso de búsqueda de cuentas empieza en Instagram por una parte, con la búsqueda de palabras como “bienestar emocional”, “bienestar espiritual “o “bienestar psicológico” y por otra, con la solicitud a usuarios de recomendaciones de cuentas de influencers hispanohablantes “que trataran temas de bienestar”. Esa amplitud de la categoría de “bienestar” era intencionada y permitió la identificación de un listado de influencers que, independientemente de su cantidad de seguidores -ya que se consideraron cuentas que podrían enmarcarse en la noción de micro celebridad (Khamis y Welling 2017) - permitieron, a partir del análisis de la bio de sus cuentas, la identificación de corrientes generales y específicas que emergieron de forma cualitativa y que fueron construidas a partir de expertos consultados con formación y conocimiento en áreas de psicología, psicoanálisis, sabidurías y filosofías.
El listado para análisis se consolida en 50 influencers. Emergieron y se definieron como corrientes principales 1) disciplinas académicas, 2) religiones y sabidurías y 3) neopaganismos y pseudociencias y se definió un mapa de corrientes secundarias que abarquen la totalidad de cuentas. Se catalogó a los influencers como:
1. Top influencer: más de 1 millón de seguidores
2. Macro influencer: de 250k a 1MM seguidores
3. Medio influencer: de 50K a 250 K seguidores
4. Micro influencer: de 10K a 50K seguidores
5. Nano influencer: hasta 10 K seguidores
Etapa 2: Análisis de engagement
A esas 50 cuentas se les aplica un análisis de indicadores de Social Blade y Hypeauditor que son una plataforma de análisis de métricas de distintas redes sociales validados en los mercados profesionales globales. Se obtuvo de cada cuenta indicadores relacionados a la tasa de engagement, para comprobar el compromiso entre seguidores e influencers. El indicador de engagement se ha convertido en central para describir el nivel de interacción entre una marca o influencer en este caso y su audiencia. Sin embargo existen múltiples definiciones y tipos, pero las variables que más se utilizan en las fórmulas, independientemente de las redes que implican pequeñas variaciones, son los números de “me gusta”, “comparticiones”, “comentarios” y de mensajes o seguidores o ambos (Ballesteros, 2018; López-Navarrete et al. (2021), además se consideran estos números en relación al número de seguidores de la cuenta. Social Blade y Hypeauditor no describen su fórmula de cálculo, pero dado que se necesitaba el engagement de la cuenta, solo pueden utilizarse grandes mediciones de Big Data y no calcularse de forma individual. En general se usó las de Social Blade, sin embargo, para aquellos influencers que ésta no medía, se utilizó Hypeauditor. Hubo unos pocos casos que no tenían engagement rate y no se consideraron en los cálculos promedios.
Etapa 3: Análisis de los temas de las publicaciones
Se seleccionaron 15 cuentas de influencers representativos de todas las corrientes para realizar el análisis de contenido, 5 de cada corriente principal. Los criterios consideraron en orden de importancia 1) número de seguidores con preferencia por tops y macro influencers y en segundo lugar 2) representación de corrientes específicas para contar con diversidad de visiones de bienestar, más allá de los seguidores, por ejemplo, en el caso de las sabidurías.
Tabla 1
Muestra de influencers de bienestar seleccionados para analizar temas de publicaciones.
Corriente general |
Corriente específica |
Número de influencers |
Tipo de influencer |
Académicas |
3 Psicologías, 1 Filosofía clínica, 1 Otros académicos |
5 |
1 Top Influencer (mas de 1MM), 2 Macro influencer (250K a 1MM) |
Sabidurías y religiones |
2 Orientales, 2 Occidentales, 1 Pueblos ancestrales |
5 |
1 Top Influencer (mas de 1MM), 1 Macro influencer (250K a 1MM), 3 Medio Influencer (50 a 250K) |
Pseudociencias |
4 Coaches, 1 neopaganismo: magia |
5 |
5 Top Influencer (mas de 1MM) |
Total |
|
15 |
|
Fuente: Elaboración propia a partir de listado de muestra de influencers de etapa 2.
Se realizó el análisis de las últimas 10 publicaciones contabilizadas a partir del18 de octubre de 2023. En total se analizaron un total de 150. Se definió operativamente como publicación o unidad de registro (Bardin, 2002), cualquiera dentro del rango de fecha en el feed, independientemente de que fuesen fijadas, un reel, o una publicación, descartando los stories y los videos en vivo. Se generó así una ficha con las siguientes categorías y subcategorías:
Tabla 2
Categorías y subcategorías de la ficha de análisis de contenido.
Categorías generales de temas de las publicaciones |
Subcategorías |
Salud mental |
Ansiedad o compulsión, depresión, atención, agresividad, tipos de personalidad y trastornos, adicción, género, inteligencia emocional o gestión de emociones, otro |
Amor |
Duelo y ruptura, apego, cai algo, relaciones tóxicas, traición o infidelidad, conquista o búsqueda de amor, vida en pareja, sexualidad, otro |
Bienestar emocional personal |
Autoconocimiento; empoderamiento; amor propio y aceptación, sufrimiento, trauma o maltrato; resiliencia; paz interior, gratitud, otro |
Bienestar integral |
Ejercicios físicos, ejercicios mentales, meditación, relación con la naturaleza, relación con Dios o fuerza superior, terapias naturales, otro |
Familia y otras relaciones |
Relación con la madre, relación con el padre, crianza e hijos, vínculos familiares en general y otras relaciones, otro |
Vida social |
Tareas domésticas, vida familia o de parejas, viajes, recorridos urbanos, vida cultural o académica, eventos, trabajo, ocio, no aplica |
Actualidad |
Política, social. ambiental, farándula, religiosa, astrología, otro |
Comercial |
Consulta personal, evento, capacitación, libro, aplicación, contenido (en red), productos y accesorios |
Fuente: Elaboración propia a partir de ficha de análisis de contenido.
Una consideración necesaria a la hora de conceptualizar las distintas corrientes del bienestar mental, emocional y espiritual presentes en el ajetreado mundo de los de los influencers y sus audiencias es la de ofrecer un criterio que nos permita distinguir adecuadamente entre ellas, ya sea por las definiciones que se conocen de ellas, por los orígenes históricos, o por sus aplicaciones, técnicas, métodos o terapéuticas ofrecidas.
Para ello hemos clasificado a los influencers del bienestar en tres grandes grupos o categorías: a) Disciplinas académicas; b) Sabidurías y religiones; c) Neopaganismos y pseudociencias. Se realizó una descripción en términos académicos, pero de carácter divulgativo.
Las disciplinas académicas incluyen influencers relacionados a ciencias como la psiquiatría, las psicologías, el psicoanálisis y la filosofía clínica. Por un lado, la psiquiatría se caracteriza por un enfoque biológico-organicista para la explicación y tratamiento de las psicopatologías (Rose, 2020), mientras que las psicologías tienen diversas escuelas y enfoques que comparten un objeto de investigación centrado en la conciencia y la conducta humana (Santamaría, 2018). Por otro lado, el psicoanálisis (Lacan, 1987) tiene como objeto de análisis el inconsciente y como método la escucha del síntoma en sujetos atravesados por el lenguaje. La filosofía con orientación terapéutica, es decir, clínica, plantea que se puede afrontar los malestares psíquicos y emocionales asumiendo una perspectiva sapiencial (Cavallé, 2011; Marinoff, 2017).
En el listado de influencers sugeridos, emerge una coexistencia de corrientes que abracan desde las religiones monoteístas del Libro (cristianismo, judaísmo, islam) hasta las mal denominadas "religiones orientales", catalogadas como sabidurías, como el budismo y el taoísmo. Existe una diferencia en la concepción de la espiritualidad entre estas tradiciones: en las primeras podríamos decir que el bienestar se logra a través de un "religare" con un ser superior que nos permite trascender (Corominas, 2023; Eliade, 2017), mientras que las segundas apuntan hacia un despertar a una condición más “luminosa” del ser (Capriles, 2018; De Wit, 2018). Las sabidurías ancestrales (Arnau, 2021; Prat, 2017) sean de origen oriental o latinoamericano, estudiadas por enfoques antropológicos y decoloniales, se basan en experiencias chamanísticas de éxtasis alcanzadas con "medicina sagrada" que generan en quien las consume una gnosis penetrante de la condición humana a través de visiones espirituales, la cual permite alcanzar, tanto una comunión intuitiva con la naturaleza, como procesos de curación acompañados de hierbas (Arnau, 2021).
Destaca, entre los influencers sugeridos, el número de aquellos que pertenecen a corrientes que se relacionan al New Age y las pseudociencias. El fenómeno del New Age, que surge de las revoluciones culturales de los años sesenta y setenta, la denominada “Era de Acuario”, en la que se experimenta con el cuerpo y la mente (Guattari, 2015) que se extiende comercial y globalmente en la posmodernidad. Se caracteriza por un enfoque ecléctico y una apropiación desacralizada de tradiciones esotéricas (Albert y Hernández 2014). En los neopaganismos, la magia es la técnica que más se ejerce como poder conjurador, subyugador de espíritus, o sanador de enfermedades físicas o mentales, o en su defecto se apela a ella para la búsqueda de dinero, éxito, pareja, o felicidad.
Finalmente, emergen entre las corrientes, las pseudociencias, señalando su carácter ecléctico y sofístico. Se distingue entre pseudociencias que carecen de fundamentos empíricos demostrables y aquellas cuyas prácticas, aunque discutibles desde el punto de vista epistemológico, pueden mostrar eficacia a nivel terapéutico. Se mencionan las terapias holísticas-naturales como ejemplo de pseudociencias que, aunque aún carecen de sólidos fundamentos teóricos, han demostrado eficacia empírica en el ámbito terapéutico. En esta categoría se encuentran también los coaches, que no pueden considerarse como académicos.
Figura 1
Mapa de corrientes de Bienestar.
Fuente: Elaboración propia a partir del análisis de contenido cualitativo de los perfiles de las cuentas. Imágenes generadas con inteligencia artificial en Midjourney y ChatGPT 4.
Esta tabla sintetiza los promedios de los influencers por corriente, para su posterior evaluación cualitativa.
Tabla 3
Engagement de influencers de bienestar.
Corrientes |
Número de cuentas |
Promedio de engagement rate de Socialblade y HypeAuditor |
Promedio de likes |
Promedio comentarios |
Seguidores |
Desviación estándar |
New age: neopaganismo y pseudociencias |
21 |
1,07 |
11431,72 |
193,72 |
807945,96 |
0,67 |
Académicas teóricas |
17 |
1,64 |
15702,93 |
200,79 |
929905,82 |
1,10 |
Sabidurías y religiones |
8 |
6,07 |
11231,25 |
183,75 |
357668,67 |
9,06 |
Promedio general o totales |
50 |
2,20 |
12701,88 |
190,88 |
775322,898 |
|
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de indicadores de 50 influencers del bienestar.
Las diferencias existentes entre los promedios de engagement rates se deben a la desviación estándar que existe entre los influencers de sabidurías y religiones, entre los que se encuentran algunos con pocos seguidores, pero altos índices de interacción que impactan el promedio general.
No existen acuerdos en relación con un bajo o alto nivel de engagement en Instagram, pero se considera lo siguiente:
Tabla 4
Calidad de engagement según plataformas profesionales de comunicación digital.
|
|
Nivel |
|||
|
Fuente |
malo o bajo |
bueno o promedio |
muy bueno o alto |
excelente o muy alto |
|
Scrunch |
-1% |
1%-3,5% |
3.5%-6% |
6% |
Tipo de engagement |
Hootsuite |
-1% |
1%- 4,6% |
4,7%-5% |
5% |
Fuente: Elaboración propia a partir de páginas profesionales que analizan engagement.
Iconos (2023) plantea que la tasa de engagement promedio en el caso de personajes públicos es de 5,77%, sin embargo, también existen medidas por tipos de publicación o números de seguidores (Hootsuite, 2023). Desde esa perspectiva podríamos caracterizar los siguientes resultados de engagement rates:
Tabla 5
Niveles de engagement de influencers de bienestar
Corrientes |
Promedio engagement rate Socialblade y HypeAuditor |
Evaluación |
Sabidurías y religiones |
6,07 |
Excelente |
Académicas teóricas |
1,64 |
Bueno |
New age: neopaganismo y pseudociencias |
1,04 |
Bueno |
Promedio general o totales |
2,20 |
Bueno |
Fuente: Elaboración propia a partir de promedio de engagement de 50 influencers del bienestar
Se concluye que estos influencers, independientemente de las corrientes a las que pertenezcan, tienen altos engagement rates o niveles de compromiso con y desde sus audiencias.
Tabla 6
Análisis de contenido del tema principal de la publicación.
Tema |
Cantidad de publicaciones |
Porcentaje de presencia de temas en publicaciones analizadas |
Bienestar emocional personal |
38 |
25,33% |
Amor de pareja |
30 |
20,00% |
Recomendación comercial |
22 |
14,67% |
Vida social personal |
14 |
9,33% |
Familia y otras relaciones |
13 |
8,67% |
Recomendación no comercial |
11 |
7,33% |
Actualidad |
10 |
6,67% |
Salud mental |
7 |
4,67% |
Bienestar integral |
3 |
2,00% |
Otro |
2 |
1,33% |
Total |
150 |
100% |
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de 150 publicaciones analizadas de la muestra de influencers de bienestar seleccionados.
A pesar de la crisis de salud mental, se evidencia pocos contenidos con este enfoque, incluso considerando que la tercera parte de la muestra incluyó influencers “académicos” de la línea de psicología, psicoanálisis o psiquiatría y prevalecen contenidos que, como se presentará en los temas más específicos de las publicaciones, se vinculan más a la noción de bienestar. Encontramos también en los contenidos una prevalencia del bienestar en sus dimensiones mentales-espirituales vs. las integrales que consideran el cuerpo. El tema del amor tiene una presencia relevante, mientras que no la tienen otras formas de lazo, como las de la familia. Se identifica que una de las tendencias principales en los contenidos es la venta: los influencers utilizan sus cuentas para promover productos comerciales de su marca o autoría.
Tabla 7
Análisis de contenidos de los temas específicos de la publicación.
Tema general de la publicación |
Cantidad de publicaciones |
Tema específico de la publicación |
Porcentaje de publicaciones en relación al tema |
|
Bienestar emocional personal |
12 |
Amor propio |
31,58% |
|
7 |
Paz interior |
18,45% |
||
7 |
Otro |
18,45% |
||
5 |
Autoconocimiento |
13,16% |
||
3 |
Empoderamiento |
7,89% |
||
2 |
Resiliencia |
5,26% |
||
1 |
Gratitud |
2,63% |
||
1 |
Sufrimiento |
2,63% |
||
Amor de pareja |
10 |
Vida en pareja |
33,33% |
|
6 |
Búsqueda o conquista |
20% |
||
6 |
Duelo o ruptura |
20% |
||
3 |
Casi algo |
10% |
||
3 |
Relaciones tóxicas |
10% |
||
1 |
Sexualidad |
3,33% |
||
1 |
Traición o infidelidad |
3,33% |
||
Recomendación comercial |
10 |
Eventos o shows |
45,45% |
|
7 |
Capacitaciones |
31,82% |
||
3 |
Libros |
13,64% |
||
2 |
Productos |
9,09% |
||
|
3 |
Personalidad y otros trastornos mentales |
42,86% |
|
Salud mental |
2 |
Gestión y manejo de emociones |
28,57% |
|
|
||||
|
2 |
Otro |
28,57% |
|
Vida social personal |
9 |
Eventos |
64,29% |
|
5 |
Otro |
35,71% |
||
Familia y otras relaciones |
13 |
Familia y otras relaciones |
100% |
|
|
||||
Recomendación no comercial |
6 |
Contenido |
54,55% |
|
4 |
Libros |
36,36% |
|
|
1 |
Evento o show |
9,09% |
|
|
Actualidad |
5 |
Astrológica |
50% |
|
2 |
Social |
20% |
|
|
2 |
Política |
20% |
|
|
1 |
Otro
|
10% |
|
|
Bienestar integral |
2 |
Ejercicios físicos |
66,67% |
|
1 |
Ejercicios mentales |
33,33% |
|
|
Otro |
2 |
Otro |
100,00% |
|
|
|
|||
Total |
150 |
|
|
|
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos de 150 publicaciones analizadas de la muestra de influencers de bienestar seleccionado
En relación con los temas de las categorías más importantes (Bienestar emocional personal, amor y recomendación comercial), encontramos un énfasis en algunos contenidos específicos. En el caso del bienestar emocional y personal existe un énfasis en los discursos del “amor propio”. En el caso del amor prevalecen los relacionados a recomendaciones para la vida en pareja, a los que siguen los contenidos relacionados a su búsqueda y las rupturas. En lo relativo a las recomendaciones comerciales, identificamos que los influencers capitalizan su lugar en redes para promover la venta de productos concretos como eventos, shows, retiros, capacitaciones, seminarios o cursos.
En el caso de los temas con menor porcentaje, por ejemplo, en lo relativo a la presencia de vida social de los influencers, aparecen publicaciones sobre los eventos personales. En lo relacionado a recomendaciones no comerciales, encontramos publicaciones que recomiendan contenidos de otros influencers. En las dimensiones de la vida común, relacionadas a publicaciones de actualidad, ubicamos que ésta no es ni social, ni política, sino astrológica, relacionada al impacto de los tránsitos planetarios en los comportamientos o situaciones vitales. En la temática de salud mental existe una mayor cantidad de contenidos relacionados a los tipos de personalidad y sus trastornos, lo que coincide con otros estudios que identifican temas relacionados a la ansiedad, la depresión y el estrés como centrales (Carbonero-Saiz et al., 2023).
Una característica de los tiempos hipermodernos es la ansiada búsqueda de bienestar y confort. Si bien el estado de bienestar está llegando a su fin (Sadin, 2022), o por lo menos, existe el diagnóstico de que se encuentra en una crisis estructural por razones políticas y económicas propias de la globalización neoliberal, no así la búsqueda individual, y a ratos, hedonista de realización personal, bienestar físico y salud emocional (Sadin, 2022), en la medida en que el único, al parecer, proyecto viable, creíble y sostenible es el que se construye con uno mismo, y a lo sumo, al interior de pequeños grupos.
Un nuevo individualismo autogratificante se ha instalado en la escena cultural actual pero acompañado de una sintomatología diferente; la soledad, las adicciones, la rotura del lazo social, el reactivismo emocional, la incertidumbre, y la penuria de un futuro prometedor, son algunas de las formas que hoy está adquiriendo los nuevos malestares culturales. La débil creencia en los proyectos de liberación colectiva se compensa con microproyectos personales de baja escala y presupuesto.
El sujeto contemporáneo exhibe en las redes sociales su esplendor individualista y su agonía existencial al mismo tiempo, pues basta con observar atentamente que el aumento del consumo virtual de contenidos de bienestar, de paz mental, de opciones para encontrar la plenitud del alma y del espíritu, revela que lo constante y crudo de la vida cotidiana es todo lo contrario; abunda el estrés, las ansiedades, las soledades, los antagonismos diarios y las enfermedades psicosomáticas.
Si bien la pandemia generó la pregunta, incluso la “ilusión”, -en muchos autores- (Agamben et al., 2020; Nancy 2021) de que este virus nos había recordado y devuelto a la conciencia global de nuestra humanidad herida y frágil, la post-pandemia nos ha demostrado, en cambio, -y como también otros autores los pronosticaron- que la humanidad no encontró mejor solución que acelerar el consumo capitalista y la hiper productividad que ello implica.
La falta de futurabilidad nos instala en un presente perpetuo (Berardi, 2017), en una sociedad de la decepción (Lipovetsky y Richard, 2008), en aras de unos atomismos individualistas que padecen, sin embargo, los desencadenantes emocionales de tal descalabro.
Los influencers del bienestar intuyen lo que está sucediendo, sopesan las demandas tácitas de las personas en situaciones de auxilio emocional y asumen este nuevo ethos psíquico y esta crisis epocal como una oportunidad para generar múltiples ofertas de contenido que serán consumidos y pagados con la atención y la persistencia requeridas. Se adquieren e invierten en seminarios, cursos cortos, audiolibros de autoayuda, tutoriales, capacitaciones, entre otros.
Si bien se presentó la problemática sobre el concepto de engagement, en el análisis de promedios se concluye que todos los influencers de las corrientes de bienestar logran “compromiso” con sus seguidores.
Paralelamente, la sociedad de la decepción (Lipovetsky y Richard, 2008) avanza fundamentada en un individualismo extremo, que incluso se ha denominado como tiránico (Sadin, 2022) la búsqueda de soluciones a los diferentes malestares se confirma en este estudio. Esto se evidencia, por una parte, en la amplitud de comprensiones de la noción de bienestar de los sujetos (Viotti, 2018) a los que se les solicitaba nombres de influencers con contenidos de bienestar. Lo mismo podemos decir de que se cumple una especie de “retorno” de las sabidurías y sentimientos religiosos en la prevalencia de influencers de corrientes de new age y las pseudociencias. Sin embargo, más allá de validar epistémicamente o no dichas corrientes pensamos que estas responden a la búsqueda de bienestar de los individuos. Por otro lado, esta emergencia de corrientes no académicas, —del esoterismo al chamanismo, del new age a las pseudociencias, dan cuenta que los paradigmas científicos y las religiones oficiales—, comparten el escenario hipermediático con las ciencias y las religiones oficiales, y en algunos casos, desplazándolas de la centralidad y foco de atención.
Esto se evidencia también en las estadísticas de producción de contenidos. Si bien estos influencers proceden de distintas corrientes, se identifican ciertas tendencias en el discurso que pueden obedecer a lógicas del mercado del “malestar”. Por ejemplo, la permanencia del uso del concepto de bienestar emocional por sobre otros más médicos como el de salud mental. Esto también podría considerarse una evidencia de la crisis del metarrelato científico o académico (Lipovetsky, 2022), que mueve a los sujetos a buscar respuestas en otros lugares.
Sin embargo, los altos niveles de engagement y las variables utilizadas para su cálculo, invisibilizan el papel de la plataforma y sus algoritmos como condición de la generación de este compromiso, por lo que parecería que influencers y usuarios se encuentran “libremente”, o que dicho encuentro depende exclusivamente de las estrategias de comunicación que diseñan los influencers.
Es necesario observar que esos niveles de engagement están enmarcados en un régimen de visibilidad programado (Bucher, 2018; Gillespie, 2017) pues, por un lado, los contenidos se adaptan a los formatos que promueve la plataforma, o que sean pagados, se los “premiará” con más visibilidad. Por otro lado, el análisis estadístico de las interacciones o alcance de las publicaciones que ofrece la plataforma probablemente impactará también en las estrategias discursivas y de comunicación de los influencers que promoverán o dejarán de hablar de ciertos temas en función de los resultados de los indicadores. Queda entonces algunas preguntas: ¿puede el alcance de contenidos de bienestar estar a merced de la tiranía de los algoritmos corporativos y de los intereses de los mercados (del bienestar)? ¿En qué medida las plataformas impactan en las estrategias discursivas y de comunicación de los influencers? ¿Será una combinación de algoritmos, plataformas, discursividades de los influencers y las demandas de consumidores del bienestar lo que establece el engagement?
Las redes sociales no sirven solamente para proveer contenidos de salud (válida o no), sino también para identificar preocupaciones y necesidades de información relacionadas a este tema (Díaz-Campo et al., 2023). En relación con las temáticas presentes en los contenidos, es necesario un análisis tanto de las tendencias como de las ausencias. Es digno de reflexión que, incluso en los influencers de disciplinas académicas prevalezcan temáticas relacionadas más al bienestar emocional o espiritual que a la salud mental. Mientras la salud mental se enfoca en la noción de trastorno, la de bienestar, como identificaremos en la tabla desagregada, plantea la “solución en el sujeto”, lo que se evidencia en la prevalencia del tema específicos del “amor propio”. Es interesante también que la tendencia de contenidos se enfoque en el bienestar emocional, que en el integral: esto implica que prevalecen las perspectivas occidentales que separan mente y cuerpo (Lipovetsky 2010), a diferencia de lo que promueven las sabidurías. La alta presencia de temáticas vinculadas al amor en las diferentes corrientes, así como la baja presencia de temas asociados a relaciones familiares, da cuenta de la crisis de la familia como institución, pero a su vez, de las dificultades relacionadas al lazo y al vínculo (Bauman, 2004; Illouz, 2007) como el conjunto de malestares de la época. Finalmente, la ausencia de temáticas enlazadas a la actualidad, sobre todo en lo relacionado a lo político, da cuenta de un bienestar aislado de la noción de lo común (Sadin, 2022). Todos estos contenidos son empaquetados en productos y servicios concretos, desde consultas hasta shows.
Esta es una investigación de carácter exploratorio, centrado en las cuentas de Instagram como emisoras de contenido, cuyo objetivo buscó dar cuenta de las principales corrientes terapéuticas vinculadas al bienestar emocional o espiritual de influencers hispanoamericanos en 2023, las características de los perfiles, los niveles de participación y engagement y las temáticas de bienestar en sus contenidos publicados.
Este estudio describe que existe, tanto en los influencers como en los usuarios, una visión amplia y muy heterogénea de corrientes terapéuticas o asistenciales para el logro del bienestar psíquico. Es de preocupación —sin embargo— que entre dichas corrientes se encuentran algunas de carácter new age y/o pseudocientíficas que podrían ahondar en una crisis mental más grave en el sujeto, ya sea porque lo hacen responsable de su situación psíquica o depositan la cura en dimensiones mágicas o esotéricas sin los conocimientos y cuidados necesarios, cuando lo recomendable es la presencia de un terapeuta formado si el caso lo amerita, o de un maestro, igualmente calificado, si se trata de corrientes sapienciales o espirituales reconocidas. Si bien la autoayuda, como su propio nombre lo indica, se difunde como un conjunto de herramientas y saberes para enfrentar las vicisitudes de la vida emocional de modo personal, en casos delicados, la presencia profesional o experiencial es imprescindible. Esta situación se agrava cuando el bienestar está en mano de influencers no profesionales de la salud, que además brindan servicios de consulta sin un diagnóstico científico o la suficiente experiencia. Estos casos deben ser advertidos y pueden ser una alerta a considerar por los propios influencers y usuarios.
Los influencers pueden ser interpretados como “máquinas” de generación de contenido cuyo objetivo estratégico se enfoca en aumentar sus audiencias por medio de dispositivos de persuasión cuidadosamente construidos. Sus saberes pueden abarcar un amplio espectro, desde los más serios y certificados, a los más dudosos y desconfiables. Por otro lado, los estudios de meta análisis señalan que si bien los verdaderos profesionales de la salud destacan el valor de las redes sociales para promover una adecuada autogestión de enfermedades crónicas y promover una conversación sobre las enfermedades psiquiátricas, también señalan como dificultad la falta de tiempo de estos profesionales para hacer un apropiado abordaje de los temas en cuestión, y una cierta insuficiencia en las competencias digitales (De Angelis et al., 2018). Estas dificultades se confirman y amplían en otros estudios que tratan sobre la comunicación de la salud: prevalecen como fuentes de información aquellos generados por las aseguradoras y fabricantes de medicamentos y muy escasamente por los profesionales de hospitales (Busto-Salinas, 2019).
El auge y expansión de la información sobre la salud física, emocional, y hasta espiritual, comenzó incluso antes de la pandemia de COVID-19. En el año 2019, la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina, realizada por el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL), arrojó como resultado que la creencia en “la energía” (concepto ambiguo y central en el mercado espiritual) presentó un 76% de adherencia marcando más de 10 puntos de crecimiento en relación con la encuesta realizada en el año 2008. Otra encuesta realizada en España en 2022 por la FECYT sobre desinformación científica también identifica que un 30,5% de los usuarios creen que han recibido información falsa sobre nutrición y bienestar y un 60% cree que esa información falsa tiene efectos negativos en los consumidores de este tipo de información. Si bien, por ejemplo, esa misma encuesta de FECYT (2022) indica que el 45,2% de los usuarios confía poco en las redes, un 42,4% confía en amistades o conocidos que son muchas veces transmisores de la misma información.
Respecto al auge de corrientes “alternativas” para el logro del bienestar emocional y espiritual podemos sugerir la hipótesis de que la emergencia de estas corrientes no académicas da cuenta de una crisis de legitimidad de los paradigmas racionales-científicos en las mentalidades posmodernas, la cual, además, viene aparejada, desde finales del siglo pasado, de un retorno líquido de las religiones oficiales (Derrida y Vattimo, 1996) como de las denominadas espirituales, lo que habría que considerar seriamente en estudios posteriores sobre los tratamientos de la salud psíquica en la subjetividad contemporánea.
Actualmente este panorama se ve más complejizado por la emergencia de otros fenómenos comunicacionales presentes desde la última década, como son el auge de las fake news y las teorías conspirativas las cuales, si en algo ambas se caracterizan, es por no responsabilizarse de las consecuencias que provocan. Por último, no podemos dejar de tomar nota de cómo las asesorías o consejerías provenientes de la Inteligencia Artificial están invirtiendo en un nuevo influencer post-humano para lo que resta del siglo XXI. Esto último ameritaría un estudio aparte y exclusivo.
Futuros estudios deben considerar a los influencers, las estrategias discursivas de los mensajes y las formas en que los usuarios consumen dichas publicaciones. En cualquier foco, sea en el usuario o en el emisor, es necesario considerar al capitalismo como la matriz mediadora de este encuentro, en la medida en que el capitalismo de plataformas (Srnicek, 2018) impacta en las estrategias discursivas generadas por los influencers y las emociones que vehiculizan son tratadas por el mismo sistema y sus lógicas de apropiación y consumo. Quedan abiertas estas preguntas: ¿De qué clase de formación provienen los saberes que usan los influencers para generar sus contenidos, y qué concepciones de bienestar manejan? ¿Qué estrategias de comunicación impactan más en los usuarios? ¿Qué sentidos otorgan a esos contenidos y por qué establecen “compromisos-engagement” con estos? ¿Qué “enseñanzas” están estableciendo sobre cómo lidiar con sus malestares individuales? ¿fortalecen la noción de emprendedor de sí y, por lo tanto, solo contribuyen a ahondar las problemáticas de salud mental al hacer a los sujetos responsables de su cura? ¿Fortalecen o se articulan a la sociedad de decepción y el individualismo extremo (Lipovetsky y Richard, 2008; Sadin, 2022) con nociones como las de “amor propio”? En definitiva, en el marco de la crisis de salud mental, los influencers se han convertido en referentes de cambios posibles en un mundo de malestares psíquicos, emocionales y amorosos.
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Contribuciones de los autores:
Conceptualización: Labate Cecilia. Metodología: Becker Cantariño, Lilia; Cisternas-Osorio, Rodrigo; Zerega Garaycoa, María Mercedes Validación: Becker Cantariño, Lilia; Cisternas-Osorio, Rodrigo; Labate, Cecilia; Zerega Garaycoa, María Mercedes Curación de datos: Cisternas-Osorio Rodrigo; Labate, Cecilia. Redacción-Preparación del borrador original: Zerega Garaycoa, María Mercedes. Redacción-Revisión y Edición: Labate, Cecilia. Todos los autores han leído y aceptado la versión publicada del manuscrito: Becker Cantariño, Lilia; Cisternas-Osorio, Rodrigo; Labate, Cecilia; Tutivén-Román, Carlos, Zerega Garaycoa, María Mercedes.
Financiación: Esta investigación no recibió financiamiento externo. Es un proyecto interinstitucional aprobado y registrado en la Universidad del Salvador y la Universidad Casa Grande.
María Mercedes Zerega Garaycoa: PhD en Teoría Crítica en 17, Instituto de Estudios Críticos de México con especialidad en estudios críticos digitales. Docente-investigadora de la UCG en áreas de comunicación, ecología humana e investigación de programas de pre y posgrado. Diseñadora del programa de posgrado en comunicación con mención en comunicación digital de la Universidad Casa Grande. Grupo de investigación Digitalidades Contemporáneas. Línea de investigación Cultura, estética y comunicación en la convergencia mediática y Fenómenos psicosociales contemporáneos. Directora General de Investigación, Innovación y Creación de la Universidad Casa Grande.
Orcid ID: https://orcid.org/0000-0003-3412-1188
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Carlos Iván Tutivén Román: Psicólogo clínico de la UCSG de Guayaquil. Mgs. en Comunicación con mención en comunicación digital de la UCG. Candidato a PhD en Filosofía en la Universidad Autónoma de Barcelona en España. Docente-investigador de la UCG en áreas de comunicación, humanidades y psicología en UCG. Grupo de investigación Digitalidades Contemporáneas. Línea de investigación Cultura, estética y comunicación en la convergencia mediática y Fenómenos psicosociales contemporáneos. Coordinador de grupos de estudio de psicoanálisis y cultura de la ciudad de Guayaquil. Shedra: Diplomado en altos estudios budistas de la Universidad Dhera Dum, India.
Orcid ID: https://orcid.org/0000-0002-9818-4527
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Rodrigo Cisternas-Osorio: Licenciado en comunicación social con mención en marketing de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera de Chile. Mgs en marketing digital de la Universidad de la Rioja. PhD en Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona en España. Docente-investigador de la UCG en áreas de comunicación, marketing y publicidad en programas de pre, posgrado y profesionalizantes. Línea Comunicación estratégica, mercados y consumidor contemporáneo. Estudios de antropología de la Universidad de Chile. Director General Académico de la Universidad Casa Grande
Orcid ID: https://orcid.org/0000-0002-3460-2304
Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=jRSKvQ4AAAAJ&hl=es
Cecilia Labate: Magister en Industrias Culturales (UNQ), Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) y docente de Nivel Medio y Superior (USAL). Candidata a PhD en la UBA. Docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Universidad del Salvador (USAL), Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), Universidad Salesiana (UNISAL), Universidad de Concepción del Uruguay (UCU) y Universidad Católica de Santa Fe (UCSF). Investigadora en UBA, UNQ y USAL. Secretaria de Publicaciones de la Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (FADECCOS) y Editora de la Revista Argentina de Comunicación. Profesora de Yoga (Yoga Baires).
Orcid ID: https://orcid.org/0009-0002-2571-5531
Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=mqcNyEQAAAAJ&hl=es
Lilia Macarena Becker Cantariño: Licenciada en Relaciones Públicas (USAL) y Profesora de Relaciones Públicas en Nivel Medio y Superior (USAL). Actualmente está terminando la Tecnicatura Superior en Psicología Social (ISCIHS). Coordinadora de la Comisión de Jóvenes del Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina. Participa en equipos de investigación en el área políticas públicas de comunicación, Internet y redes sociales (USAL). Miembro del comité organizador del Encuentro Nacional de Jóvenes de Relaciones Públicas del Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina.
Orcid ID: https://orcid.org/0009-0003-5644-1219
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[1] María Mercedes Zerega Garaycoa: Docente-investigadora de la UCG en áreas de comunicación, ecología humana e investigación. Grupo de investigación Digitalidades Contemporáneas. PhD en Teoría Crítica en Instituto 17, de México con especialidad en estudios críticos digitales.
[2] Carlos Iván Tutivén Román: Psicólogo Clínico. Docente-investigador de la Universidad Casa Grande en áreas de comunicación, humanidades y psicología. Grupo de investigación Digitalidades Contemporáneas. Candidato a PhD en Filosofía en la Universidad Autónoma de Barcelona en España.
[3] Rodrigo Cisternas-Osorio: Docente-investigador de la Universidad Casa Grande en áreas de comunicación, marketing y publicidad. PhD en Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Autónoma de Barcelona en España.
[4] Cecilia Labate: Docente-investigadora de las Universidades de El Salvador, de Buenos Aires, de la Nacional de Jujuy en áreas de políticas públicas de comunicación, regulación de comunicación, comunicación digital, nuevos medios. Mg en Industrias culturales de la Universidad Nacional de Quilmes.
[5] Lilia Macarena Becker Cantariño: Investigadora de la Universidad del Salvador en áreas de políticas públicas de comunicación, internet y redes sociales. Coordinadora de la Comisión de Jóvenes del Consejo Profesional de Relaciones Públicas. Lic. en Relaciones Públicas y Profesora (USAL).